jueves, 25 de febrero de 2016



La moral, como todos los demás aspectos relacionados con el hombre pueden ser objeto de estudios y análisis, la ética como ciencia que estudia la moral, no tiene por objetivo el planteamiento de manuales o cursillos de conducta, su verdadero fin esclarecer de forma teórica y general la definición del bien y el mal en las distintas sociedades.
La ética no busca juzgar o alabar los comportamientos que asume una comunidad o una persona a hechos en particulares, pero si sus postulados pueden ser puestos en práctica, ya que dichos postulados han sido obtenidos de estudios metódicos, apoyados en otras ciencias humanas como lo son la psicología, la antropología, la sociología, entre otras.
La psicología da pautas a la ética en el estudio de la moral en una sociedad porque ayuda comprender las condiciones subjetivas de los actos realizados por los individuos; la sociología y la antropología investigan al hombre como ser social, definiendo las estructura de las relaciones que se crean en distintas comunidades, las condiciones que permitieron dichas estructuras y los cambios de estas a través de la historia.


La moral es el conjunto de normas establecidas en todas las sociedades, que permiten, en cierta medida, la convivencia y supervivencia de dicho grupo social, se heredan de generación en generación mutando según las coyunturas que se presenten en los aspectos históricos y espaciales; las normas morales de una sociedad a otra podrán ser muy similares o muy distintas, estas dependen de las múltiples condiciones en las cuales la sociedad se ha constituido, como las religiones adoptadas, condiciones ambientales, nivel de facilidad en la consecución de alimentos, etc.
Teniendo en cuenta lo anterior, no significa que las personas deben de seguir ciegamente, sin criticar, o mostrar aunque sea el más mínimo descontento por los juicios morales que en su sociedad  se practican, todas las personas poseemos la capacidad, la libertad, la autonomía de decidir si seguimos dichas costumbres, ya que para cada quien el bien o el mal tienen distintos significados y alcances.


El ser humano, es la única especia que posee la capacidad cognitiva y emocional de determinar sus acciones, de definir y calcular el posible nivel de conveniencia o perjuicio que estas acciones traerán para sí mismo o para los demás. Todos los días, a todo nos enfrentamos a situaciones en las cuales debemos decidir cómo proceder, definir que está bien o está mal muchas de las maneras en que se obra están determinadas por lineamientos establecidos por la sociedad en que vivimos, el contexto espacio-temporal influyen de manera directa en nuestra toma de decisiones, por ejemplo en la cultura musulmana, decapitar a una persona como castigo es completamente admitido, hasta justificado por quienes componen dicho grupo social; por el contrario, en la sociedad occidental, guillotinar a una persona, sin importar la razón, legal o ilegal, es un acto reprochable, condenado por la mayoría de las personas que han vivido toda su vida bajo las costumbres y normas de este lado del mundo.

Pero no es bueno aseverar que las personas solo actúan bajo las tradiciones o normas morales en las que han sido formadas, como anteriormente se mencionó, el ser humano posee capacidades cognitivas y emocionales para determinar sus acciones, de reflexionar si está obrando bien o mal, de forma justa o injusta; como seres razonables y haciendo uso de nuestras plenas capacidades, podemos ser autónomos en la toma de decisiones, determinar libremente cómo proceder ante ciertas situaciones de manera independiente y hacernos responsables de nuestros actos, sin la necesidad de la injerencia de terceros, solo nos debemos dejar guiar por nuestra razón, conciencia y capacidad de sentir compasión por los demás y las cosas que nos rodean, ya que no solo debemos procurar el bien al ser humano, sino preocuparnos por los animales, por el medio ambiente y otros factores que nos rodean.